A tu querida memoria
Rosario Arpe García
Querido padre, querido,
¡Ay! Que amargura tan grande
que pena y que sufrimiento
cuando yo besé tu cara
y vi que ya estabas muerto.
Querido padre, querido,
si tu me pudieras ver
desde el sitio al que te has ido
veras que aunque el tiempo pasa
nunca olvidarte he podido.
Querido padre, querido,
que dulce es el evocarte
volver a sentirse niño
y recordar tus caricias
que me llenaban de alivio.
Querido padre, querido,
¡Ay! Cuanto tiempo ha pasado
¡cómo los años se han ido!
y aun te tengo en mi recuerdo
como cuando estabas vivo.