Recuerdos
Mª Carmen Romero Garcinuño
El transcurrir de la vida
se asemeja a cada etapa,
como las que tiene el día.
Comenzamos al nacer,
como en el día amanece,
y transcurre la niñez
llegando hasta el mediodía.
La juventud se nos pasa
al principio de la tarde,
y llega la madurez
ya con el atardecer.
El ocaso nos trae
nuestra ya avanzada edad,
que con la noche cerrada,
nos dará el final del día
igual que el de nuestra vida.
En el ocaso paramos,
para vivir de recuerdos,
van pasando uno a uno,
todos esos años que ya tenemos vividos,
pero que en nuestra memoria
los tenemos retenidos,
y podemos recordar
todo lo que ha sucedido
recreándonos en unos,
y pasando de puntillas
en lo que no ha merecido.
Y así con nuestros recuerdos,
siempre podemos sentir,
que volvemos a vivir
todo aquello que queremos.
La película está hecha,
y de nosotros depende
revivir cuanto queramos
todo aquello que vivimos
y que en nuestra mente está
gracias a nuestros recuerdos