Traición
Rosario Arpe García
Cuando yo bese tus labios
fue tan grande mi emoción
que sentí temblar mis
pulsos y pararse el
corazón.
Me parecías tan bella tan
buena me parecías que
juraba y perjuraba que otra
como tu no había.
Por eso cuando tu traición
Me contó el amigo aquel
sentí deseos al pronto de
arrancarle hasta la piel.
Y tuve que convencerme
con los ojos de mi cara,
que no era el quien mentía
sino tu quien me
engañaba.
Y los pulsos me temblaron
y el cielo se oscureció
y volvía sentir de nuevo
pararse mi corazón.